
Larry Fink, CEO BlackRock
En su habitual carta anual dirigida a los directores ejecutivos de las empresas en las que invierte su compañía, Larry Fink advierte que “el capitalismo de stakeholders no es una cuestión de política. No es una agenda social o ideológica… Es capitalismo, impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas entre los directivos y los empleados, clientes, proveedores y comunidades de las que su compañía depende para prosperar. Este es el poder del capitalismo”.
“Es a través del verdadero capitalismo de stakeholders que el capital se asigna de manera eficiente, las compañías logran una rentabilidad duradera y el valor se crea y se mantiene a largo plazo. No se equivoque, la búsqueda justa de rendimientos sigue siendo lo que motiva a los mercados, y la rentabilidad a largo plazo es la medida por la que los mercados determinarán en última instancia el éxito de su compañía”, añade.
Lo que diferencia a las grandes compañías, las que consiguen rendimientos duraderos a largo plazo, de las demás es que las primeras tienen un “propósito claro, valores coherentes y, sobre todo, reconocen la importancia de comprometerse y cumplir con sus stakeholders (grupos de interés)”. “Esta es la base del capitalismo de stakeholders”. Así explica Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, el futuro del capitalismo.
Para lograr esos rendimientos sostenidos y a largo plazo, el CEO de BlackRock —a finales de 2021 gestionaba activos por valor de 10.000 millones de dólares— recomienda a las empresas «evolucionar” para adaptarse a los cambios que ha introducido la pandemia en la sociedad. “Está cambiando la forma en que las personas trabajan y la forma en que los consumidores compran. Y la relación entre una compañía, sus empleados y la sociedad está siendo redefinida”, explica.
Por ello, considera que nunca ha sido más imprescindible para los CEOs tener una voz consistente, un propósito claro, una estrategia coherente y una visión a largo plazo. El propósito de su compañía es su guía en este entorno turbulento”. “Los stakeholders —prosigue— necesitan saber directamente de usted, para sentirse comprometidos e inspirados por usted. No quieren escucharnos opinar sobre todos los temas del día, pero sí necesitan saber cuál es nuestra posición en los temas sociales intrínsecos al éxito a largo plazo de nuestras compañías”.
Nuevo mundo del trabajo
Fink, que se ha convertido en uno de los principales defensores de la gestión empresarial basada en los criterios ESG (Medio Ambiente, Social y Buen Gobierno), alerta de que las compañías afrontan un “nuevo mundo del trabajo”. “Ninguna relación ha cambiado más por la pandemia que la relación entre empleadores y empleados. Las compañías que cumplen con lo prometido están cosechando las recompensas. Aquellas que forjaron fuertes lazos con sus empleados han visto menores niveles de rotación y mayores rendimientos durante la pandemia”, sostiene.
Sin embargo, las compañías que no se ajustan a esta nueva realidad y no responden a sus empleados lo hacen bajo su propio riesgo. “La rotación aumenta los gastos, reduce la productividad y erosiona la cultura y la memoria corporativa. Los CEOs deben preguntarse si están creando un entorno que los ayuda a competir por talento”.
Capitalismo y Sostenibilidad
Otro aspecto en el que ponen el acento es en la alianza entre “capitalismo y sostenibilidad”. En su opinión, la mayoría de stakeholders ahora esperan que las compañías desempeñen un papel en la descarbonización de la economía global”. “Cada compañía y cada industria será transformada por la transición a un mundo con cero emisiones netas. La pregunta es, ¿usted liderará o será dirigido? Yo creo que la descarbonización de la economía global va a crear la mayor oportunidad de inversión de nuestra vida”, añade.
Fink, lejos de ver la “descarbonización de la economía” como un lastre para el crecimiento económico, pronostica que provocará “una enorme creación de trabajos” y que “los próximos 1.000 unicornios no serán buscadores ni compañías de redes sociales, serán innovadores sostenibles y escalables, startups que ayuden a descarbonizar el mundo y hagan que la transición energética sea asequible para todos los consumidores”.
“Nos enfocamos en la sostenibilidad —admite Fink— no porque somos ambientalistas, sino porque somos capitalistas. El capitalismo tiene el poder de moldear la sociedad y actuar como un poderoso catalizador para el cambio. Pero las empresas no pueden hacerlo por sí solas y no pueden ser la policía climática (…) Necesitamos que los gobiernos proporcionen caminos claros y una taxonomía constante para la política, la regulación y la divulgación de sostenibilidad en todos los mercados”.
Empoderamiento y ESG
Otro aspecto en el que pone énfasis es en el “empoderamiento de clientes con opciones de voto con criterios ESG. “Vemos un interés creciente entre los accionistas, incluso entre nuestros propios clientes, en la gobernanza corporativa de las compañías públicas”.
En su opinión, las compañías se desempeñan mejor cuando son conscientes de su función en la sociedad y actúan en interés de sus empleados, clientes, comunidades y accionistas”, aunque “no es fácil cumplir con los intereses contrapuestos de los numerosos grupos de interés” ya que los CEOs siempre tendrán un conjunto de stakeholders exigiendo que hagan una cosa, mientras que otros exigirán que se haga justamente lo contrario.
Por ello, considera que “es más importante que nunca que su compañía y su equipo directivo se guíen por su propósito. Si se mantiene fiel al propósito de su empresa y se enfoca en el largo plazo, mientras se adapta a este nuevo mundo que nos rodea, ofrecerá rendimientos duraderos a los accionistas y ayudará a hacer realidad el poder del capitalismo para todos”.